BLOGGER TEMPLATES - TWITTER BACKGROUNDS »

sábado, 28 de agosto de 2010

Lexá: Asesinato de Leaf

La calma de medianoche se difuminaba con el ruido del roce entre árboles.


Bastante tiempo atrás sintió el demonio como se mecía entre su sonrisa... ya era demasiado tarde...

La daga bailaba sobre el pecho de Leaf, incierto donde asestar el golpe mortal, donde podría disfrutar más del sollozo, el llanto.

Finalmente, decidió dejar aquel cuerpo inmóvil... no hay mejor asesinato, que el que desgasta el alma, destroza por dentro, y mata por fuera.

Ahora Lexá, solo espera.

Diego Rincón Magaña: 28-08-10

miércoles, 25 de agosto de 2010

Lexá: Noche de verano

Ese día, Lexá, caminaba despacio, absorto en la triste figura que transmutaba su sombra, iba directo a la noche de aquel pueblo apartado.

Los planes que esa noche se propusieron eran minúsculos comparados con ver a Ilech , sonriendo de vez en cuando imaginando ese rostro divertido y risueño mirándole justo a él, con esa tenue mirada intermitente, complaciente, nerviosa ante el encuentro de los de él.

La noche transcurrió con risas y juegos, la luna llena acompañaba a la feliz pareja de amigos y ellos agradecían tal regalo con más y sinceros gestos de amor, transparentes a los demás, pero verdaderos destellos de luz en sus corazones.

Tal y como Lexá imaginó, le toco dormir junto a Ilech, ya era tarde, la suave brisa del verano se dejaba ver por los ventanales del salón, acariciando lentamente las curvas de sus cuerpos vislumbrados espalda con espalda en ese colchón.

Ilech, locamente enamorada de él, perdió toda esperanza ya, demasiado tiempo esperó a que su amor fuese correspondido, y ella, se resignó a sentir su cuerpo junto a ella, a ver como él se declinaba al calor de otras compañías que no eran ella misma, con nervios de tanto pensar, ella echo la cabeza atrás, e intento descansar, incluso cuando su corazón deseaba llorar.

Lexá, observó la figura de la pared colocarse espaldas a él, sentía el calor de ella, por primera vez en mucho tiempo el volvió a sentir ese dolor maravilloso en su torso, golpeando fuerte que se pudo sentir hasta sus extremidades. Maravillado por esas extrañas sensaciones dio la vuelta a su cabeza asta poder vislumbrar su cabello, su cabeza miraba hacia el otro lado. El nudo en su garganta le incapacitaba para poder articular cualquier palabra, ni siquiera él sabía que quería decir, que reflejar, que expresar. Suavemente subió su mano temblorosa al pelo de la muchacha, ese nudo conseguía dejar articular un breve susurro: "Ilech".
Dio se la vuelta a su cabeza lentamente, sin mover un gesto los dos se cruzaron en una mirada perdida, sin sentido que los tuvo a los dos confundidos, Lexá acercó se lentamente a sus labios, no supo donde mirar, que decir, ni supo que estaba haciendo hasta que sintió el roce de sus labios junto a los suyos, dejando se así, perder suavemente la cabeza, entrelazando sentimientos, besos, cuerpos y miradas. Sintió entonces... los brazos de ella, apretando le, sintió entonces, la verdera fuerza del sueño, de la esperanza y del amor.

Diego Rincón Magaña 26-8-10