Olvido desesperado...

Miedo al pasado.

Esa es y será, mi eterna maldición. No soporto volver a ver mi pasado... mis errores de los cuales ya aprendí y quise borrar... y me cuesta, me cuesta ver el error de nuevo, que palpita ante mis ojos... y me mata, me mata no poder hacer nada.

Todos los errores que cometí... quise borrarlos una, dos, e incluso tres veces... pero ahora sé que nunca... ni nada... podra hacerlos desaparecer de mi mente y mi corazón mutilados...

Mi gran defecto... solo para aquellos interesados... es que yo no veo, lo que dicen que hay en mí... es por eso que dudo... cometo errores... y siempre siempre... querré olvidarlos.

Aun así... no nos merecemos nada

¿Por qué?

Pensamos y reflexionamos hasta el borde de la demencia, sin dar pasos atrás, intentamos comprender los caprichos del destino. Somos los miseros títeres de nuestros actos... y sin pensarlo a veces, solo decimos barbaridades inexistentes a la realidad de las cosas.

Caprichos del destino, o no... todos fuimos juzgados por esa ley que impera en nuestras vidas... el amor. Y pensamos y decimos... que no es posible ni casual, que un capricho del destino, nos pueda manipular.

Yo solo comento, no critico, simplemente digo, pero no actuo, porque yo mismo fui juzgado, y en esa cárcel... viviré yo atrapado...

¿Sorpresas?

El destino nos guarda sorpresas aun...

Buenas o malas, ya se verán, puesto que en una noche, puede cambiar todo lo que conoces... tu esquema de la vida, tu mirada y tu interpretación de las cosas...

Pensaba, que no era nada comparado con algo que no conocía... tuve la suerte, de que mi ser, embriagado por el dulce licor que atormenta, me hiciese por fin comprobar que no es así... y sinceramente, no me gustaría volver a tener q embriagarme tanto para tener ese valor para hablar.

Descubrí que dos personas a las que quiero con toda mi alma se caerán... tarde o temprano... quizás por que esas personas son aun... demasiado jóvenes para comprender sus actos...

Pero a veces... tienes que dejar caer a la gente... para que puedan volver a ser felices.

El salto de fé

Simplemente tengo miedo... ¿a qué? me preguntarás... pues a volver a caerme... a tener de nuevo, que recoger los pedazos de mi alma y pegarlos, antes de que se desvanezcan...

No sé... la experiencia me enseña y me dice: ¡apremia! Me dice que recuerde, que di mi alma a la primera... y me abandonó como la última... esa última ,que me dijo de veras, que no sería como la primera.

Por tantas promesas incumplidas, yo ahora, no tengo ganas de dejarlo todo por esas persona... no puedo dar el ciento por ciento de lo que puedo llegar en mi corazón, y eso, lo odio.

Ya sé... no tengas miedo... y lo sé... porque con el tiempo... caeré. (L)

La inmadurez

La inmadurez de tus actos turbia mis pensamientos, mis quehaceres y mis decisiones... Quizás solo seas una niña pequeña... y yo halla madurado demasiado pronto, demasiadas veces...

No quiero pensar en eso, pero cada vez que pierdes la cabeza, tu control de la realidad... me haces sentir culpable de todos tus errores acontecidos. Pensé que hace tiempo que a lo mejor no había superado la ruptura, pero no era eso, solo era un sentimiento de vergüenza y de culpabilidad por tus actos, ya que según tú, yo era el ventrílocuo de ellos.

Pensando como pienso... debería dejarte caer, incluso pensé en hacerte la zancadilla, pero no, no puedo por que yo también tuve mis caídas, las mismas que tu recibirás, es por eso que solo a veces comprendo tus sentimientos y no te culpo de eso que haces, aunque me sienta mal...

Ahora veo tus estrategias...

Siempre he vivido para mis amigos... ahora me siento capaz de vivir para mi sin olvidarme de ellos, y así, poder ser doblemente feliz... por eso elegí a María como bastón en mi camino... por que es lo que me hace de verdad feliz a mí, y aunque se rompa, yo seguiré siendo feliz en mi camino...