Tengo 16 años. En esta fría noche de Sevilla, intentaré escribir la perfección... Normalmente, tardo minutos en escribir... normalmente no paran de molestarme hablándome y me distraigo, por eso algunos escritos parecen que confunden ideas.
Un texto... donde ahora mismo, en este instante, no se de que va a ser, pero intentare que sea perfecto.
En un rincón de mi habitación. Las doce y treinta y cinco minutos. No tengo sueño, no es raro, dos latas de bebida energética es lo que conlleva. El caza-sueños colgado en el techo no para de dar vueltas, aun sin haber ningún viento que recorra su trayecto. Viento quizás del humo de mis pulmones agujereados, llenos de quemaduras y cicatrices, lucha y cada vez se vuelve más poderoso a las inclemencias del tiempo loco que se acerca, de ese frente tormentoso, que no cesa... pero que por mi habitación no se nota... son cuatro paredes... y en ellas no tiene cabida la tempestad ni la maldad de los demás.
Siento el frío de la espalda en la pared... estoy solo, no hay nadie, no siento nada, me da igual lo que tú digas, no estás aquí, necesito un abrazo, dormir abrazado, sentirme, que una vez dormido, tengo a alguien que me despertará. Me despierto cada mañana, silencioso, poco hablador, preguntadme como estoy es un gran error. No sé el por qué. Desde hace algún tiempo... no deseo dormir, me acuesto con la luna tras de mí y me levanto con ella aun allí. Sinceramente, algún día me gustaría dormir fuera de aquí, poder sentir el calor, de otro alma latir.
Tengo tantos amigos... pero hay veces... que me siento solo. No creo en la distancia, creo en la cercanía, no creo en las palabras, creo en los actos. Soy una persona que ignora todo lo sencillo, me complico a veces la vida para hacer lo bonito. Soy diferente a los demás, pero ni yo lo sé apreciar. Quizás soy un hipócrita... doy dinero a los pobres de la calle principal y luego yo tengo más. Me siento mal. Por eso, cuando sea mayor, intentaré ayudar a los demás, no hay nada mejor, que una sonrisa del que no tiene nada.
Ya paró el ruido... la noche se volvió helada inmóvil , que deciros gente... echo de menos vuestras voces, vuestros cuerpos y vuestros golpes.
Buenas noches.
4 comentarios:
joder, lo leo y me parece una cancion, te estan gustando las rimas eh? jajajaja
te ha quedado muy bien el texto ^^
todos nos sentimos algo solos por las noches, almenos yo tmb
No sabes cuánto me identifico... =)
Pero al final, entre tanto oscuro y cuando se está en soledad, acabas respirando tranquilo con lo que tienes, con tus sueños, con tu vida. Y encuentras tu verdad... :P
Yo me siento segura conmigo misma, es como si no temiera a nada. Es como si no necesitara nada más.
Pero a veces... cuánto gustaría tener compañía, eh..?
''No creo en la distancia, creo en la cercanía, no creo en las palabras, creo en los actos.''
Yo también me identifico.., y también me gusta escribir sobre las frías noches de Sevilla.
Si tu meta es ayudar a los demás.. no dudes que puedes contar conmigo para ayudarte en ello.
Un beso!
Aficiónate a las rimas, que llegarás lejos. Al menos a mí me encantan, me encanta tu forma de escribir y de expresarte, tus descripciones me calan el alma...Llegó un momento en el que creí que había dejado mi propia ventana abierta y me estaba helando de frío.
Yo también tengo un cazasueños, y cuando gira sin razón aparente, me gusta pensar que alguien que cuida de mí está espatando los malos sueños. Es un pensamiento un poco estúpido, sí, pero me gusta. Me siento segura.
Un abrazo.
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